Estados Unidos e Irán intercambiaron reproches este martes en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre las condiciones para reactivar las negociaciones del acuerdo nuclear. Washington afirmó estar listo para diálogos directos, mientras que Teherán rechazó los términos planteados, según Reuters y ABC News.
La exigencia de EE.UU.: enriquecimiento cero
La enviada especial adjunta de EE.UU. para Oriente Medio y ministra consejera ante la ONU, Morgan Ortagus, expuso la postura de su país: "Estados Unidos sigue dispuesto a mantener conversaciones formales con Irán, pero solo si Teherán está preparado para un diálogo directo y significativo".
También añadió: "Sin embargo, hemos sido claros en cuanto a ciertas expectativas para cualquier acuerdo. En primer lugar, no puede haber enriquecimiento dentro de Irán, y ese sigue siendo nuestro principio", afirmó.
Ortagus sostuvo que la Administración Trump había "extendido la mano de la diplomacia" a Teherán. "Pero en lugar de aceptar esa mano de la diplomacia, usted sigue metiendo la mano en el fuego", dijo, instando al enviado iraní: "Aléjese del fuego señor, y acepte la mano de la diplomacia del presidente Trump".
La réplica iraní
Desde el otro lado, el representante permanente de Irán ante la ONU, Amir Saeid Iravani, rechazó las condiciones, acusando a EE.UU. de no buscar una negociación justa. "Apreciamos cualquier negociación justa y significativa, pero insistir en una política de enriquecimiento cero es contrario a nuestros derechos como miembro del TNP [Tratado de No Proliferación Nuclear], y significa que no están buscando una negociación justa", declaró. Iravani añadió que "Irán no cederá ante ninguna presión ni intimidación".
Un callejón sin salida
El cruce de acusaciones subraya la brecha insalvable: la demanda de 'enriquecimiento cero' de EE.UU. choca con la defensa iraní de sus derechos soberanos.
Las negociaciones para revivir el acuerdo nuclear JCPOA, del que Washington se retiró unilateralmente en 2018, permanecen paralizadas desde junio, cuando EE.UU. e Israel lanzaron ataques coordinados contra las instalaciones nucleares de Fordo, Natanz e Isfahán, descritos como "golpes preventivos". Irán, que insiste en el carácter pacífico de su programa, ha anunciado que no detendrá el enriquecimiento de uranio. La amenaza de Washington sobre posibles nuevos ataques si Irán reactiva sus sitios nucleares añade otra capa de tensión.



