
La escalada entre Irán e Israel alienta este fenómeno en Latinoamérica

En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y señales de desaceleración económica, varias monedas latinoamericanas están cerrando el primer semestre de 2025 con números positivos frente al dólar. La región, altamente dependiente de materias primas, ha logrado capitalizar tanto el repunte del petróleo como la pérdida de impulso de la divisa estadounidense.
Según datos de Bloomberg al 17 de junio, el real brasileño lideró las ganancias en la región con una apreciación del 12,48 % frente al dólar, seguido por el peso mexicano, que subió un 9,55 %. En el otro extremo, el peso argentino registró una caída del 18 %.
El debilitamiento del dólar se ha vuelto un factor clave en el desempeño de las divisas emergentes.

"Esperamos un dólar débil en el resto de 2025, como consecuencia de la mayor incertidumbre y prima de riesgo sobre la economía estadounidense, y la posibilidad de que la Fed reduzca la tasa de interés a partir de septiembre", señaló Ernesto Revilla, economista en jefe de Latinoamérica de Citigroup.
Asimismo, el experto hizo hincapié en que el "entorno de dólar débil favorece a las monedas emergentes al ser un viento a favor para ellas, que las mantiene estables o las fortalece".

El repunte del crudo, tras el ataque israelí al complejo energético iraní South Pars, impulsó los precios. Aunque la producción y las exportaciones de Irán no se han visto interrumpidas de forma significativa, la posibilidad de un cierre en el Estrecho de Ormuz mantiene en vilo al mercado.
Para el economista Mohamed El-Erian, una prolongación del conflicto podría convertirse en "un shock adverso para una economía global ya frágil".
Un impacto desigual
En América Latina, el impacto del petróleo ha sido desigual. Según BBVA FX Strategy, "el peso colombiano es el principal beneficiado por el alza del petróleo, ya que la mitad de sus exportaciones e inversiones provienen del sector energético".
Brasil y México también podrían capitalizar el alza del crudo, mientras que Argentina, que está en proceso de fortalecimiento de su matriz energética, podría beneficiarse parcialmente de este escenario. En cambio, Chile y Perú, como importadores netos, enfrentan mayores desequilibrios comerciales y presiones inflacionarias.

En ese contexto, David Cubides, economista jefe del Banco de Occidente, señaló a Bloomberg que el fortalecimiento de algunas monedas, como el peso colombiano, responde tanto a factores externos como internos.
"Podría incluso favorecer algunas monedas emergentes, incluyendo aquellas que están relacionadas con esta materia prima. Allí es donde estamos viendo también un peso colombiano que se ha venido fortaleciendo, a pesar de los temas domésticos donde la situación fiscal apremia", explicó.
Por su parte, Francisco Monaldi, director del Programa de Energía de América Latina en el Instituto Baker, coincidió en que el impacto será mixto. Según él, exportadores netos como Venezuela, Guyana, Colombia y Ecuador se verían beneficiados por el alza del crudo, mientras que importadores, como Chile, Perú, Uruguay y los países de Centroamérica y el Caribe resultarían particularmente afectados, tanto por el encarecimiento del petróleo como por su efecto inflacionario.
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